La Icónica Mansión de Donald e Ivana Trump en Connecticut Vendida por $31.5 Millones
La emblemática mansión donde Donald Trump vivió con Ivana se vende por $31.5 millones
La impresionante mansión frente al mar en Greenwich, Connecticut, que alguna vez fue el hogar de Donald Trump y su ex esposa Ivana Trump, ha encontrado finalmente un comprador. Después de más de una década de entrar y salir del mercado inmobiliario, la propiedad se vendió por $31.5 millones, según un informe del Wall Street Journal. Esta venta marca el final de un largo proceso para la propiedad, cuyo precio inicial había sido de hasta $54 millones.
Una propiedad con historia
Ubicada en una de las zonas más exclusivas del noreste de Estados Unidos, la mansión tiene una rica historia vinculada al expresidente Trump y su fallecida exesposa, Ivana Trump. Ambos vivieron en esta propiedad durante la década de 1980, cuando formaban una de las parejas más visibles de la élite neoyorquina.
La mansión, de estilo georgiano, está situada en una propiedad frente al estrecho de Long Island y ofrece vistas panorámicas del agua, lo que añade un encanto particular a su ya impresionante arquitectura. Construida en 1939, esta extensa residencia cuenta con 20,000 pies cuadrados y se asienta en un terreno de aproximadamente 6 acres. A lo largo de los años, la mansión ha sido actualizada para mantener su elegancia y confort, conservando elementos clásicos de diseño mientras incorpora las comodidades modernas que uno esperaría en una propiedad de esta magnitud.
Detalles de lujo y opulencia
La mansión refleja la opulencia por la que tanto Trump como Ivana eran conocidos. Entre sus características más destacadas se encuentran múltiples chimeneas de mármol, techos altos y ventanales que permiten una abundante entrada de luz natural y una vista privilegiada al estrecho de Long Island. Los amplios jardines, diseñados meticulosamente, ofrecen privacidad y serenidad en un entorno natural exclusivo.
Dentro de la propiedad, los lujosos detalles incluyen una escalera principal que parece sacada de un palacio europeo, con pisos de mármol y detalles arquitectónicos tradicionales que capturan el espíritu georgiano de la casa. También hay una piscina al aire libre, canchas de tenis y muelles privados, que complementan el estilo de vida exclusivo que los nuevos propietarios pueden esperar.
La travesía en el mercado inmobiliario
Aunque la propiedad tuvo un valor inicial considerable, el camino hacia su venta no fue fácil. La mansión ha estado en el mercado varias veces a lo largo de los últimos años, con precios fluctuantes que reflejaban las condiciones cambiantes del mercado de lujo en la región. En sus primeras apariciones en el mercado, la propiedad llegó a estar valorada en $54 millones, pero la falta de compradores interesados y las fluctuaciones en el mercado de bienes raíces de lujo forzaron varios ajustes en el precio de venta.
Finalmente, tras muchos años de incertidumbre, la propiedad se vendió por $31.5 millones, lo que sigue siendo un valor significativo, aunque muy por debajo de su precio original.
La relación de los Trump con las propiedades de lujo
La familia Trump ha sido sinónimo de propiedades inmobiliarias de alto nivel desde hace décadas, tanto en Nueva York como en otros lugares del país. Ivana Trump, quien fue una figura clave en el imperio inmobiliario de Donald Trump, contribuyó significativamente al desarrollo de muchas propiedades icónicas durante su matrimonio, incluida la famosa Torre Trump en Manhattan.
Aunque la mansión de Greenwich ya no es parte de la cartera de propiedades de la familia, sigue siendo un testimonio de la era dorada de Trump e Ivana, cuando la pareja era conocida tanto por su presencia en la sociedad neoyorquina como por su impacto en el sector inmobiliario. La venta de la casa marca, en muchos sentidos, el cierre de un capítulo en la historia personal de Donald Trump.
La venta de esta majestuosa propiedad no solo es un hito en el mercado inmobiliario de lujo de Connecticut, sino que también nos invita a reflexionar sobre el legado que las propiedades históricas y emblemáticas dejan atrás. Para los nuevos propietarios, esta mansión representa una oportunidad única de habitar un hogar lleno de historia, lujo y exclusividad.
En un mercado en constante cambio, las propiedades de este calibre siguen siendo piezas codiciadas, y la historia detrás de ellas solo añade atractivo a su ya imponente presencia. Con la mansión finalmente vendida, queda por ver qué tipo de transformación, si alguna, le dará su nuevo dueño, mientras la propiedad sigue siendo un símbolo del lujo y el estilo de vida exclusivo que define a Greenwich.